La anemia es un trastorno con alta prevalencia entre mujeres embarazadas, que puede tener graves consecuencias para la madre como para su hijo, si no se detecta de manera precoz y se inicia un tratamiento. Tanto en el ámbito obstétrico como ginecológico, el manejo de la anemia y el correcto tratamiento con hierro oral o endovenoso puede evitar complicaciones y reducir las transfusiones y sus posibles efectos adversos.
Para profundizar más sobre este asunto, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha realizado una encuesta entre ginecólogos de toda España, en la que participó el jefe de servicio del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, José Eduardo Arjona, cuyos resultados se acaban de publicar en la revista ‘Progresos de Obstetricia y Ginecología’ de la SEGO.
Según este estudio, no existen protocolos específicos a nivel general en el diagnóstico y tratamiento de la anemia (61, por ciento) lo que provoca limitaciones para el uso del hierro endovenoso en la anemia moderada o grave (69,1 por ciento) .
En nuestro centro, existe un protocolo específico en coordinación con el servicio de Hematología y demás servicios implicados para el tratamiento con hierro oral en la gestante, a partir de un determinado gramo de hemoglobina y según la edad de gestación.
Igualmente, se cuenta con un protocolo específico para el tratamiento de anemias severas prequirúrgicas, en mujeres que han de ser intervenidas para evitar transfusiones posteriores a la operación.
Además, existen también pautas concretas para abordar el tratamiento endovenoso en el postparto inmediato.
Nuestro equipo de ginecología y obstetricia, asimismo, ha participado en varios foros para la elaboración de protocolos generales que contribuyan al diagnóstico y tratamiento de la anemia en mujeres embarazadas.