Una menor hidratación y la reducción en el flujo de la orina, principales responsables de las cistitis veraniegas

Una menor hidratación y la reducción en el flujo de la orina, principales responsables de las cistitis veraniegas

La inflamación de la mucosa de la vejiga, conocida comúnmente como cistitis, incrementa su incidencia durante el verano. Según explica el urólogo del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, José Luis Carazo, el aumento de las temperaturas que se produce en la época estival no siempre se acompaña de una buena reposición de líquidos, con la consecuente deshidratación o defecto de la misma que esto conlleva. 

“Esto ocasiona una reducción en el volumen de orina eliminado, que redunda en una mayor concentración de la misma, con el consiguiente caldo de cultivo para el desarrollo de gérmenes y menor lavado de las vías urinarias”, apunta el especialista. El doctor Carazo añade además que esta patología es más frecuente entre mujeres por razones anatómicas, aunque hay que recordar que no son exclusivas del sexo femenino. 

“La anatomía de la mujer, con una uretra más corta que el hombre, permite el ascenso de bacterias desde el exterior. El flujo vaginal actúa como protector del área genital femenina -añade el doctor-  siendo variable su protección según el momento del ciclo menstrual en el que se encuentre y de los cambios hormonales que este acarrea. Además, la cercanía del ano facilita el ascenso de gérmenes propios conocidos como enterobacterias”. 

¿Cómo puede prevenirse? 
Para el urólogo del centro de la Orden Hospitalaria, algunas de las medidas a tener en cuenta para prevenirlas pasan por incrementar la ingesta de líquidos, fundamentalmente zumos de cítricos naturales y agua, con los que aumentar la hidratación y provocar así una emisión abundante de orina, que contribuya al lavado de las vías urinarias. “Asimismo hay que evitar, en la medida de los posible, las bebidas carbonatadas y azucaradas y hay que orinar frecuentemente, cuando se tenga deseo, sin esperar, ni aguantar las ganas”. 

Las cistitis ocasionales pueden ser tratadas por el médico de familia, pero se debe acudir a un especialista “si se desarrollan infecciones frecuentes de orina, ya que habría que determinar los posibles factores que predispongan al paciente a padecerlas o que sean las causantes de las mismas”, señala el doctor Carazo. 

En este sentido, indica que más de tres episodios de infecciones del tracto urinario al año o infecciones que no remiten, a pesar del tratamiento antibiótico pautado por un médico, también son motivo de consulta con el especialista en urología. 

Por lo general, los factores vinculados o que predisponen a las cistitis recurrentes son anomalías anatómicas, existencia de cálculos en las vías urinarias o tratamientos inadecuados de la infección. “Todos ellos condicionan recurrencia, persistencia y reinfecciones frecuentes”, concluye el urólogo del San Juan de Dios.